La migración conlleva una enorme cantidad de pérdidas. Viajar a un nuevo país o ciudad nunca es fácil. El migrante tiene que enfrentarse a un conjunto de emociones y sensaciones desagradables al buscar una mejor calidad de vida en el extranjero.
Si bien siempre son los adultos quienes toman esta decisión, no está lejos de afectar a los niños, niñas y adolescentes que forman parte de la familia. Alejarlos de sus costumbres, amigos, familia, entorno, puede acarrear una serie de conductas que pueden afectar su proceso de identidad y socialización.
Foto: Banco de imágenes Comité Internacional de Rescate (IRC)
Presta atención a las siguientes señales que pueden indicar que un niño, niña o adolescente está enfrentando procesos de duelo migratorio o estrés migratorio:
1. Observa muy atentamente si el niño/a o adolescente comienza a expresar con mayor frecuencia la falta de familiares, amigos/as, y/o mascotas, sobre todo si vienen acompañados de nostalgia y/o pena.
2. La misma atención se le debe prestar a extrañar la comida y los olores de su país de origen, sobre todo si son recurrentes.
3. Llorar sin motivos aparentes. Esta señal es de gran relevancia, sobre todo si viene acompañada con otras señales.
4. El niño/a o adolescente muestra mayor irritabilidad ante situaciones simples, sobre reaccionando a hechos que antes no le significaban mayores problemas.
5. Observa si el niño/a se encuentra en estado de *hiperactividad o *hipoactividad con mayor frecuencia de lo normal.
*Hiperactividad: exceso de energía y actividad muy intensa.
*Hipoactividad: disminución del interés por realizar actividades e integrarse socialmente
6. Extrañar algunos lugares donde fue criado también es una señal de un posible proceso de duelo o estrés migratorio, siempre que vaya acompañado de otros indicadores.
Recomendaciones que debes seguir:
1. No le restes importancia a las señales anteriormente mencionadas. Esto es fundamental para poder reaccionar a tiempo y poder proteger a los niños/as de posibles secuelas psicoemocionales relacionadas al proceso de migración.
2. Presta atención a sus comportamientos y posibles cambios. Siempre deben observar las conductas de sus niños/as y entender que hay cambios propios de cada edad que son esperables, y otros que no tienen relación con esto. Son estos últimos a los que tienes que prestar mayor atención.
3. Escúchalos y acepta sus sentimientos. Es fundamental atender sus necesidades afectivas y debes hacerlo desde la aceptación genuina, sin minimizar sus emociones.
4. Acompaña su proceso de integración lo más cerca posible. Hazle saber con palabras y acciones, que no están solos y que pueden contar con ustedes.
5. No lo/la mediques ni autodiganostiques. Siempre acude al servicio de salud más cercano.
6. De ser necesario, busca ayuda profesional, ya sea psicológica, médica u de otra índole, siempre otorgándole el mejor cuidado posible.
7. Buscar espacios para compartir en donde realicen actividades propias de su país de origen, como por ejemplo, comidas típicas, celebraciones, juegos, entre otros.
Fuentes:
Página web: Psicología y Mente